03.1_Jardín y vegetación

Una vez hemos terminado la obra de arquitectura abordamos la de paisajismo y vegetación.

Tras varios años de conversaciones con mi amigo Juan de la Torre, biólogo y educador ambiental, hemos ido definiendo un método para compensar mediante la vegetación la huella de carbono de la obra, es decir, mediante las especies que plantemos vamos a absorber el CO2 generado durante los trabajos de construcción.

Entre los dos hemos redactado este post donde lo explicamos.

Fase 01_Calcular huella de Carbono de la obra

En primer lugar vamos entonces a calcular el CO2 generado durante la obra. Para ello usamos de referencia el informe de Célere Cities,

Donde tras estudiar minuciosamente la huella de carbono de una promoción real para 98 viviendas con 5 alturas en Madrid, se concluye que un valor medio de las emisiones en la construcción de una obra nueva son 441 kg de CO2 por m2 construido.

 

Este cálculo se puede desarrollar de una manera mucho más rigurosa para cada proyecto con herramientas como la calculadora de CO2 de la construcción Ecómetro.

Muy posiblemente en un futuro cercano estos cálculos se generalicen y sean obligatorios en todos los proyectos de arquitectura, de momento estamos viendo los primeros prototipos de cálculo.

Fase 02_Seleccionar vegetación para compensar huella CO2

En una segunda fase vamos a elegir los árboles y el número de unidades a colocar para absorber en un periodo razonable la huella de CO2 de la obra.

Si bien hay especies con mayores niveles de absorción de CO2, como el pino carrasco que absorbe 50 Toneladas al año, vamos a priorizar las especies locales. Es posible que absorban menos CO2 del que esperamos, y esto se traduzca en poner mayor numero de unidades o tener unos plazos de compensación mas amplios.

En este link vemos un informe sobre los distintos ratios de absorción.

Para explicarlo con un ejemplo concreto, en Galapagar estamos construyendo una casa pasiva de 115 metros cuadrados construidos. Estimando una huella de carbono de 441 KG/m2, la huella total asciende a 50.715 Kg de CO2 emitidos durante los trabajos de construcción.

La encina, una especie local, absorbe unos 5.000Kg de CO2 anuales. Dado que la obra durara un año y medio, plantamos 5 encinas al inicio de los trabajos y sabemos que 6 meses después de acabar la obra habremos compensado su huella de CO2.

Además, es importante destacar las otras labores que cumple un árbol. Estos son los beneficios para la biodiversidad, la salud humana, la regulación del ciclo del agua, aprovechamientos culinarios… un árbol es mucho más que un tronco y una copa y es fundamental tenerlo en cuenta.

En la actualidad hay proyectos que permiten a las empresas compensar su huella de carbono apadrinando bosques. Os dejo uno de referencia para que echéis un vistazo. Bonos Carbono – Bosques Comestibles

Fase 03_Regular riego

En nuestros proyectos incluimos adicionalmente un sistema de reciclaje de aguas grises y pluviales para riego, que explicaremos en más detalle en futuros posts.

Una vez hemos escogido y dimensionado las especies que vamos a plantar, hacemos una estimación gruesa sobre si podremos mantenerlas con el agua que reciclamos de la vivienda, sabiendo que reciclamos el 60% del agua consumida y cada habitante consume unos 130 litros de agua diarios.

En este sentido es importante tener en cuenta las necesidades hídricas de las plantas que seleccionamos para evitar un consumo excesivo de agua. Las plantas autóctonas, en general, tienen menos requerimientos hídricos dado que están adaptadas al lugar.

 

Fase 04_Colocarlas estratégicamente en terreno

En esta última fase colocamos los arboles elegidos en puntos estratégicos de la vivienda de modo que contribuyan a su refrigeración en verano. Con la altura, ancho de copa y sabiendo si su hoja es caduca, calculamos las sobras que arrojan sobre la vivienda y como repercuten en su climatización. Este cálculo lo realizamos con la herramienta PHPP del Passive Haus Institut obteniendo unos valores muy precisos de la incidencia de la vegetación colindante sobre las tasas de sobrecalentamiento de la vivienda. Jugamos con su posición respecto a la casa hasta lograr la máxima eficiencia.

Una estrategia que funciona muy bien en Madrid, con un clima muy extremo en verano e invierno, son árboles de hoja caduca que nos protegen del sol en verano y permiten calentar la casa en invierno.

Además, será necesario, al igual que decíamos en la fase anterior, tener en cuenta las necesidades climáticas de las plantas. De este modo, podemos también aprovechar las condiciones climáticas que genera la casa y el terreno para plantar plantas según sus necesidades. Continuando con el ejemplo, las plantas de hoja caduca al sur son las que más sol quitarán en verano, pero también son las que más expuestas estarán a calor y la sequedad ambiental. Existen especies como el Celtis australis, el granado o la higuera que disfrutan de un buen sol y calor (siempre que tengan un riego adecuado). En cambio, al norte de la casa será el lugar que más frío haga en invierno y menos sol tenga en todo el año. En este caso existen otras especies tales como laurel, loro, fresno o saúco que en Madrid agradecerán estar protegidas del tórrido verano y no tendrán problema del frío del invierno. Esto, a su vez, puede generar un cortavientos que limite el frío que llega a la fachada.

Conclusión

Tras seguir este proceso conseguimos que la arquitectura y la vegetación de su entorno funcionen de manera armónica y colaborativa, en una relación de mutua dependencia que hace no solamente que la obra sea nula en carbono sino que la vegetación se mantenga del agua excedente de la casa y a su vez regule térmicamente a la vivienda.